A todos nos gusta disfrutar de la playa en cuanto llega el buen tiempo, y aunque es necesario beber agua durante todo el año, hay que destacar la importancia de la hidratación en verano. Muchas veces, en esta época, estamos tan pegados al agua del mar o de la piscina, que tendemos a pensar erróneamente que nuestro nivel de hidratación ya es el adecuado, y nos equivocamos.

¡Cómo cansa la playa!

¿Cuántas veces hemos dicho o escuchado esto? Lo cierto es que podemos sentirnos realmente cansados tras una jornada de playa, y uno de los principales motivos que nos llevan a esto es la deshidratación.

Pasar muchas horas tomando el sol nos lleva a perder líquidos, sales, y minerales. Nuestro cuerpo busca entonces ahorrar energía, y puede llegar los golpes de calor o la temida deshidratación. Ésta se manifestará con sed, ese cansancio sin motivo aparente, mareos, náuseas, indigestión, sentir la boca seca, vértigo al levantarse, etc.

Cuánta agua hay que beber en verano

La importancia de la hidratación en verano no depende únicamente del cuánto, si no del cómo. Es decir, hay pequeños trucos que nos ayudarán a mantener nuestro cuerpo hidratado sin sentir que tenemos que cumplir con una cantidad exacta de litros consumidos, ya que esto dependerá de cada persona.

Debemos hidratarnos antes de tener sed. Igual que nos ponemos crema solar antes de tomar el sol para evitar quemarnos, debemos beber agua previamente para evitar la deshidratación.

Debemos comer alimentos que contengan líquido. Como la fruta, por ejemplo, que nos ayudará a hidratarnos además de a saciar el hambre. El melón o la sandía pueden resultar los aliados perfectos para una jornada de playa.

Debemos mantener la temperatura corporal. Cuando estamos mucho tiempo bajo el sol, nuestro organismo trabaja mas de lo normal buscando un temperatura corporal adecuada. Es por eso que debemos ayudarle manteniéndolo bien hidratado, para que ese sobreesfuerzo no conlleve tanto sueño y cansancio.

¿Es bueno beber agua helada?

Tenemos que tener cuidado en este punto ya que, aunque lo más apetecible en un día caluroso de verano sea un buen vaso de agua fría, debemos tener cuidado, pues esto puede conllevar ciertos riesgos para nuestra salud:

  • Una mala digestión
  • Pérdida de energía: cuando el cuerpo detecta que hay un cambio de temperatura, producido en este caso por la ingesta de agua muy fría, tiende gastar energía para calentar dicho agua y devolver al organismo su equilibrio térmico.
  • Obstaculiza la hidratación: precisamente por lo comentado en el punto anterior.
  • Irrita la garganta
  • Puede producir dolor de cabeza
  • Retiene la grasa

 

Y tú, ¿cuáles son tus trucos para hidratarte en verano? Ya sabes, el mejor, tener siempre a mano Aguas de Sousas.