De una alimentación saludable depende en gran medida nuestro estado de salud, y es que está muy claro que la comida sana y la práctica habitual de deporte son los aliados perfectos para tener un cuerpo y una mente sanos. Tres principios básicos: 5 comidas, mucha fruta y verdura y comida saludable.

Una alimentación saludable: comida sana y con cabeza

Un desayuno, un almuerzo a media mañana, la comida del mediodía, una merienda y la cena, son las cinco comidas que debemos hacer al día para comenzar a llevar nuestra alimentación saludable.

Hay aspectos básicos en toda correcta alimentación que no debes olvidar:

Bebe mucha agua, al menos dos litros cada día. La hidratación es fundamental para el cuerpo y por ello debes beber mucha cantidad poco a poco, aunque no tengas ganas. También puedes tomar zumos naturales o batidos, infusiones o bebidas isotónicas.

Reduce considerablemente la sal, el azúcar, los embutidos, los fritos, la bollería y las comidas preparadas.

– Come mucha fruta y verdura, y si son de origen ecológico, mejor que mejor.

– Intenta no tomar muchos derivados del trigo que contengan gluten.

Un desayuno completo y nutritivo para empezar

El desayuno es la primera comida que debes hacer al empezar el día y es la más importante de todas. Debes pensar que tu cuerpo viene de un periodo en el que no ha consumido nada en toda la noche.

Un desayuno completo te aportará los nutrientes y las calorías que vas a necesitar para comenzar un nuevo día a tope de energía. No desayunar significa que tu cuerpo llegará con más hambre y ansiedad a la comida y acabarás comiendo más cantidad de la que deberías.

Un correcto desayuno lleva yogur, leche o queso, algo de cereal, ya sea pan, cereales o galletas y algo de fruta en zumo o en trozos.

No olvides tomar algo a media mañana, ya sea una pieza de fruta, un yogur, unas galletas o un poco de queso.

Hacer una comida nutritiva y saludable

La comida del mediodía debe ser completa y deberás tratar de incluir casi todos los grupos de alimentos. Toma platos que lleven carne, verduras, cereales, grasa, legumbres, azúcar, etc.

Come con cabeza, que la ración de verdura y fruta sea mayor que el resto, que las carnes sean magras y con la menor cantidad posible de grasa, y toma alimentos ricos en fibra como las leguminosas.

La merienda ha de ser como la comida de media mañana: algo de fruta, yogur o queso.

Cenas ligeras: el final perfecto para el día

Acaba el día con una cena ligera y, a ser posible, lo más temprano que puedas. Al menos unas 3 horas antes de acostarte para que tu cuerpo asimile bien esos alimentos. Un sándwich, algo de pechuga de pollo a la plancha, una ensalada, un zumo, un yogur o algo de fruta es ideal para la última comida del día.

Recuerda la importancia de llevar una alimentación saludable para que tu cuerpo y tu mente funcionen siempre al cien por cien. No te saltes ninguna comida importante, sobre todo el desayuno, porque la alimentación es la gasolina que necesitas para funcionar.