¿Cuánta agua debe tomar un niño? ¿Nos quedamos cortos? ¿Nos pasamos? ¿Cuándo pueden empezar a beber agua los bebés? Siempre tenemos esto en la cabeza. Lo que sí está claro es que el agua mineral es esencial para su desarrollo. Y si es Sousas mejor, para qué os vamos a engañar.
Pensad que el cuerpo del niño está compuesto en un 80 por ciento por agua, mientras que el de un adulto está formado por agua en un 65 por ciento. Beber agua es vital.
La Academia Americana de Pediatría, entre otros colectivos relevantes de expertos en nutrición infantil, nos dan una serie de consejos sobre el tema:
En primer lugar, a esa pregunta de “¿se le puede dar aguar a un bebé?” la respuesta sería: por lo general, los bebés no necesitan consumir agua extra durante su primer año de vida porque compensan con la leche, ya sea materna o en polvo o líquida. A partir de los seis meses, cuando empiezan a ingerir alimentos sólidos, es cuando empiezan a beber agua habitualmente.
En función de su edad y de su peso los lactantes de 3 meses, con un peso medio de 5,4 Kg, necesitan beber entre 750 y 850 ml de agua al día, a los 6 meses entre 950 y 1.100 ml diarios y al año de vida entre 1.150 y 1.300 ml cada día. A medida que van creciendo, las necesidades de agua se van incrementando. Así, desde el año hasta los 10 años conviene beber un litro y medio diario (de 4 a 6 vasos), y dos litros entre los 11 y los 18 años (de 6 a 8 vasos).
El peque debe consumir mayor cantidad de agua cuando esté enfermo, cuando la temperatura esté muy caliente, o cuando practique alguna actividad física o deporte.
Que os quede clara una cosa: los niños necesitan mayor cantidad de agua que los adultos por la capacidad limitada de sus riñones para manejar la carga renal de solutos, su porcentaje más elevado de agua corporal y su área de superficie mayor por unidad de peso corporal.